En la edición anterior presentamos el Diagnostico de Economía Circular y Descarbonización en la Ciudad de Buenos Aires. En aquel documento, identificamos que la electrificación del transporte, un proceso de transición energética acelerada es una opción factible y evitaría la emisión de miles de toneladas de combustibles fósiles entrando en el circuito, que es una palanca fundamental para iniciar una economía circular.
Abordamos el Plan de Acción Climática 2050, que establece acciones, instrumentos y estrategias de adaptación al cambio climático y reducción de emisiones, donde se destacan tres grandes sectores: energía, transporte y residuos. Profundizando en el segundo eje, el transporte, identificamos los objetivos específicos para el 2050:
- 100% colectivos cero emisiones
- 80% pasajeros utilizando transporte público y no motorizado
- 100% autos particulares baja emisiones
Estos objetivos se enmarcan en el Plan de Movilidad Limpia (PML) con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El Plan PML se propuso reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) y gases contaminantes, como los óxidos nitrosos (NOx) y el material particulado (MP), generados por los vehículos a combustión.
Para alcanzar dichas metas, habíamos concluido que, si bien es posible, necesitan un abordaje
Integral para lograr la transición hacia una economía circular que tenga al ciudadano en el centro con el transporte publico como pilar de su movilidad y calidad de vida. Para la implementación, también hablamos de que, para la región y el país, es fundamental la aparición de mecanismos financieros de organismos multilaterales para los estudios y ejecución de los PML. Una demostración del potencial de este tipo de instrumentos es la iniciativa de Facilidad de Inversión para América Latina (LAIF), un mecanismo financiero que combina contribuciones financieras no reembolsables de la Unión Europea con préstamos de instituciones de desarrollo, multilaterales o bilaterales y bancos de fomento latinoamericanos. Su propósito es promover en América Latina y el Caribe inversiones en infraestructura para sectores clave como transporte, energía, ambiente, mitigación y adaptación al cambio climático, y el desarrollo del sector social y privado de América Latina.
En ese marco, surge la iniciativa LAIF sobre Ciudades y Cambio Climático, un mecanismo específico, implementado por CAF y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), que tiene como propósito promover el desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático en las ciudades de América Latina.
Para implementar el proceso de electrificación, el estudio propone una serie de criterios económicos, técnicos, ambientales y sociales, que permiten identificar los vehículos y las líneas buses que harán parte de cada fase de renovación. Este estudio de prefactibilidad se realizó en tres etapas:
La primera etapa del estudio consistió en realizar un análisis de situación, una definición de indicadores y la identificación de oportunidades en la renovación de la flota. Como resultado de este primer análisis, se identificaron oportunidades y retos a nivel nacional y distrital en materia de movilidad eléctrica en 4 pilares: económicos, institucionales, ambientales y normativos. Entre los más destacados, los menores costos de operación de los buses eléctricos, la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, lo que impulsaría una mejor calidad del aire y salud para los ciudadanos, el impulso de acuerdos con proveedores tecnológicos u operadores energéticos, y el desarrollo de normativas para promover la inclusión de un porcentaje mínimo de flota eléctrica en la ciudad.
La segunda etapa del estudio consistió en trazar la estrategia de renovación de la flota, la viabilidad técnica y operativa de incorporar buses a batería en el sistema de transporte público de la ciudad, identificando las líneas y las cantidades más adecuadas para hacerlo posible. En esta etapa se estudió la adecuación del proyecto a planes vigentes de la ciudad en la renovación de flota y en la reducción de emisiones, como el Plan de movilidad limpia 2017- 2035 o el Plan de acción climática 2020-2050.
Asimismo, se estudiaron las metas y compromisos planteados en electromovilidad en otras ciudades de Latinoamérica, prestando especial atención a aquellas que presentan mayores tasas de renovación de flota como Bogotá (Colombia), con 297 vehículos renovados al año; San José (Costa Rica), con 156 vehículos al año; Medellín (Colombia), con 134, o Santiago (Chile), con 83. En esta segunda etapa se propusieron y validaron las fases de implementación del proyecto a corto, mediano y largo plazo.
En la tercera etapa, los promotores de la iniciativa LAIF, junto con la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la ciudad de Buenos Aires, definieron el modelo de adquisición, operación y financiación de las líneas de buses a electrificar en la primera fase.
En el marco de la iniciativa LAIF sobre Ciudades y Cambio Climático, concluyó el estudio sobre la electrificación el sistema de colectivos de la ciudad de Buenos Aires. Este propone tres fases de implementación: La primera fase de electrificación consiste en la renovación de 300 buses a 2025, lo que permitiría realizar en la ciudad 50 millones de viajes al año en flota eléctrica y reducir 9.000 toneladas anuales de CO2e. En la fase 2, se impulsaría la renovación de 900 colectivos al 2035 y en la fase 3 la renovación de 1800 unidades al 2050, equivalente al 50% y 100% de la flota, respectivamente. Con esto, se evitaría la emisión de 70.000 toneladas de CO2e anuales y se realizarían 300 millones de viajes en vehículos eléctricos.
Estos números demuestran el rol que tiene la movilidad eléctrica para que las ciudades puedan ser más sostenibles y alcanzar los objetivos asumidos de carbono neutralidad para el 2050.