Argentina se comprometió a ser un país carbono neutral a 2050, lo que sería imposible de conseguir sino avanzamos hacia una economía descarbonizada y un modelo energético sostenible. Esto demandará un esfuerzo coordinado entre los gobiernos, los productores, la sociedad y las empresas que utilizan estos recursos y una nueva forma de pensar sobre el uso de estos. Es por ello por lo que la aplicación sistemática de los principios de la Economía Circular en el nuevo modelo de producción energética es la herramienta necesaria e imprescindible para lograr una transición energética exitosa en el país.
En este marco, el Gobierno Nacional lanzó el Clúster Renovable Nacional, ente público-privada que buscará favorecer la producción de bienes, tecnologías y servicios asociados a la generación eléctrica de fuentes renovables. Con el objetivo de dejar de vender materia prima e industrializarla y producir los bienes necesarios en el país, desarrollando la cadena de valor local para acelerar la transición energética, desarrollar la industria del conocimiento y la generación de empleo. El clúster articulará la oferta de producción nacional y las complementariedades existentes en el país para la fabricación de bienes principales como aerogeneradores, palas aerogeneradores, paneles fotovoltaicos, baterías e insumos para instalaciones de mini-hidros así como su logística inversa para la recuperación de componentes en su fin de vida.
Para el desarrollo de las cadenas productivas locales, con el objetivo de achicar los bucles de producción y recirculación, se aplicará el plan nacional de industria verde, donde se espera que la economía circular ayude a afrontar estos retos. Además, otro punto es aprovechar el potencial que tiene la Argentina para proveer estos metales necesarios (principalmente cobre y litio) pero así también desarrollar la industria local, en el marco del clúster, para agregar valor a los metales y ser exportador de tecnología, no solo de materias primas.
Desde el Ministerio Productivo señalaron la necesidad del desarrollo de innovaciones e industrias que permitan suministrar los materiales necesarios para la transición energética de un modo más sostenible con el medio ambiente y las comunidades. Utilizar, reciclar y reutilizar metales y materiales puede contribuir a garantizar el suministro y, potencialmente, reducir los residuos, la contaminación y las emisiones de carbono, minimizando la necesidad de extracción y reduciendo la presión sobre estos materiales criticos.
El plan implica 750 MW de generación renovable en los próximos 2 años y 300 MW anuales a partir de 2024. La generación de energía renovable supone la sustitución de componente energético importado por u$s130 millones anuales, y permitirá una reducción de 220 toneladas por año en las emisiones de CO2.
La inversión estimada para el desarrollo y construcción de Parques de Generación Renovable será aproximadamente de u$s1.000 millones, con un componente nacional cercano al 50%. Prevé la creación de 2.250 empleos directos y más 4.000 indirectos, e impactará en 250 empresas PyMEs que conformarán su cadena de valor.
Se busca así retomar el diseño y desarrollo de equipamientos para la generación de energía fotovoltaica, eólica e hidroeléctrica a nivel nacional.
La transición energética demandará importantes recursos materiales a nivel global y generará importantes cantidades de nuevos tipos de residuos, por lo que nos encontramos ante una oportunidad única para anticiparnos y desarrollar un marco legislativo y de promoción industrial que facilite la aplicación de los principios de la Economía Circular en este ámbito y permita aprovechar el potencial minero, industrial y de conocimiento del país para ser actores positivos de esta transición.